Pesar por el fallecimiento de Germán Cáceres
Con profundo dolor despedimos al escritor, dramaturgo, crítico literario, de cine e historietista Germán Cáceres, quien falleció este jueves 6 de noviembre a los 87 años.
Germán Cáceres, seudónimo de Fernando Penelas, había nacido en Avellaneda el 27 de febrero de 1938, y durante muchos años llevó adelante la sección de crítica literaria en la página de la Biblioteca Popular Carlos Sánchez Viamonte, donde por supuesto dio numerosas conferencias, participó de presentaciones de libros.
Además, en varias ocasiones presentó películas en el
Cineclub La Rosa y fue organizador de eventos relacionados con la historieta y
la literatura infantil y juvenil, dos de los ámbitos en los que se destacó.
Como graduado en Ciencias Económicas llevó adelante la contabilidad y presentaciones legales de la Biblioteca, y durante años los de la Fundación El Libro, organizadora de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires. Allí, entre otras cosas, tuvo el agrado de conocer a uno de sus ídolos, Ray Bradbury, cuando visitó la Argentina en 1987.
Como autor publicó libros de ficción (El checo, la giganta y el enano, Frankenstina, Cuentos para mocosos y purretes, Los silencios prohibidos, Los pintores mueren del corazón, Matar una vez, El futuro que fue, Por amor al crimen, entre otros); ensayo (La aventura en América y Entre dibujos, marionetas y pixeles); y más de diez novelas juveniles (El enigma del Siambón, Elataque de los acuanautas, El detective despistado, Mi vecina es un fantasma (y su hija también) y El misterio del profesorausente, entre otras).
También escribió siete obras de teatro (El incidente (Un episodio en la vida de Manuel Belgrano), estrenada en el Teatro Fray Mocho), y fue autor de numerosos ensayos sobre historietas (Charlando con Superman o los distintos volúmenes de su serie Evocando viñetas). Realizó la adaptación en historietas de obras de la literatura universal (Edgar Allan Poe, Mack Twain y Julio Verne, entre otros). Por esta especialidad fue invitado a distintos festivales internacionales.
Recibió la Mención de Honor Premio Municipal en Cuento. Obtuvo cuatro Fajas de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE): en novela, en literatura juvenil y dos en ensayo. En el año 1996, mereció la Mención de Honor en el Concurso Internacional de Ficción sobre Gardel (Uruguay). En 1999, la Secretaría de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires le concedió el 1er. Premio Especial Eduardo Mallea en ensayo. En 2002, fue premiado en el concurso de cuentos Atanas Mandadjiev (Sofía, Bulgaria), y se le otorgó el título de Gran Maestro del Relato Policial. Varios de sus libros fueron traducidos al italiano y al portugués.
Fue miembro correspondiente de la Academia de Letras e Artes do Nordeste Brasileiro y de la Unión Brasileira de Escritores (UBE). Fue nombrado miembro de número por la Academia Argentina de Literatura Infantil y Juvenil, e incorporado en 2010 al Diccionario razonado de la literatura y la crítica argentinas. Se desempeñó como jurado en el Festival de cine "Buenos Aires Rojo Sangre" 2008. En 2009, invitado por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, homenajeó a Juan Carlos Onetti.
En Lima, Perú, resultó ganador de la convocatoria "Novela juvenil 2020" realizada por Editorial Qilqana, que publicó su novela Pesadilla galáctica. Colaboró en varios medios de la Argentina, Uruguay, Brasil, España y México, y escribió en la revista “Fierro” de la primera época.
Desde la Biblioteca Popular Carlos Sánchez Viamonte despedimos a Germán con una inmensa tristeza, pero también celebrando y recordando su vida plena y su legado. Muchos de sus libros forman parte de nuestro catálogo.
Saludamos a su esposa Isabel, y sus hijas Paula y Cecilia, así como a su hermano Carlos Penelas, también escritor y responsable del Taller Literario en nuestra casa, y su sobrino Emiliano, quien presidió la Biblioteca durante años.
Fiesta y música en la Biblioteca
El sábado 15 de noviembre desde las 20:30 horas los invitamos a "vivir una noche diferente" en el Centro Cultural y Biblioteca Popular Carlos Sánchez Viamonte, Austria 2154.
Actuarán Ricky Parrao e invitados, y con la entrada se incluye una empanada y un vaso de gaseosa.
Luego, habrá buffet durante todo el evento.
Haga sus reservas al 11 2454-9397.
Falleció Juan D'Alessandro
Lamentamos comunicar la partida de Juan D'Alessandro, amigo de nuestro Cineclub La Rosa, quien nos visitó en ocasión de las funciones de Jorge Prelorán, con quien compartió décadas de una hermosa amistad.
Juan D'Alessandro nació en 1934 y a lo largo de su vida desarrolló múltiples inquietudes que lo podrían catalogar como un artista integral e inquieto. Ganó renombre como diseñador de muebles e industrial, con algunas piezas que ya son icónicas, como los sillones "Z", la silla "Mamut" o sus muebles modulares.
"Todo lo que hice no sabía si iba a tener éxito o no, pero no seguí a la moda, mo seguí a nada. Era yo que hacía esa cosa. Me proyecté sentimentalmente en todo sentido", dijo en un relato para el Municipio de Ituzaingó, donde vivió casi toda su vida.
Su fraterna amistad con Jorge Prelorán de sostuvo por décadas y quedó plasmada en el maravilloso corto Obsesivo, y una copia en 16mm Juan nos la donó para el archivo Kinoclub, y la proyectamos oportunamente en el Cineclub La Rosa, en una de las tantas veces que contamos con su participación, ya que también solía visitarnos como espectador.
Lamentablemente, D'Alessandro falleció el 4 de noviembre de 2025. Enviamos nuestras condolencias a su familia y seres queridos y lo recordamos siempre con su alegría y generosidad.
Así escribe László Krasznahorkai, Premio Nobel de Literatura 2025
“El convoy no corría por raíles sino por un único e impre sionante filo de navaja, de tal manera que todo comenzó con el delirio equilibrado y agorero que caracteriza el orden del tráfico urbano y con un tembloroso pánico interno que marcó su llegada en el tren de la línea de Keihan, y fue bajarse después de Shichijo junto a la antigua y ya desaparecida puerta de Rashomon, en el barrio de Fukuine, y ver de pronto otro tipo de construcciones, otro tipo de calles, como si se hubiesen perdido de repente los colores y las formas, o sea, que le dio la sensación de haber salido de la urbe, de que bastaba una sola estación para dejar atrás Kioto, una ciudad que aun así no perdía su profundo misterio y menos de forma tan repentina, de modo que se encontró, pues, al sur de Kioto o, más concretamente, al sudeste, y allí emprendió la marcha, por calles estrechas y laberínticas, ora doblando a la izquierda, ora volviendo a la línea recta, ora doblando otra vez a la izquierda, de tal forma que al final debería haberse sentido del todo desorientado y, en efecto, lo estaba, pero aun así no se detuvo, no preguntó, no inquirió nada a nadie, sino todo lo contrario, continuó sin plantear preguntas, sin asombrarse ni detenerse titubeante en una esquina tratando de averiguar la vía que debía seguir, pues algo le hacía presumir que de todas maneras encontraría lo que buscaba, allí, en aquellas calles vacías con las tiendas cerradas, pues en ese momento descubrió, además, que no habría hallado a nadie dispuesto a ayudarlo a dar con el camino porque estaba todo desierto, como si en algún lugar se celebrara una fiesta o se hubiera producido una desgracia, pero lejos de allí, en otro sitio, donde este pequeño barrio no interesaba a nadie, ya que se habían marchado, todos cuantos allí vivían se habían ido, no quedaba ni un alma, no se veía ni a un niño perdido, ni a un vendedor de pastas, ni una cabeza que, espiando inmóvil y atenta tras las rejas de una ventana, se retirara de improviso, nada de lo que podía suponerse que apareciera a última hora de una mañana tranquila y soleada, o sea, que comprobó que estaba solo, dobló a la izquierda y siguió luego en línea recta, hasta tomar conciencia de que llevaba un rato ascendiendo, de que las callejuelas por las que iba ora hacia la izquierda, ora en línea recta, conducían desde hacía un tiempo todas cuesta arriba, aunque no podía asegurar nada más, por cuanto no podía afirmar que la pendiente hubiese empezado aquí o allá, sino tan solo que se trataba de una toma de conciencia, de la sensación determinada de que, con él, todo llevaba un rato subiendo... y así se topó con un muro a su izquierda, carente de todo adorno, hecho con adobe sobre una nervadura de bambú, pintado de blanco y rematado con unas tejas un tanto desgastadas de color turquesa puestas de través, por cuyo lado transcurría largo trecho la acera, y no ocurrió nada, no se podía mirar por encima, ya que el muro era demasiado elevado, de modo que no era posible ver qué había en el interior, y no existía en el camino ni ventana, ni portezuela, ni resquicio alguno, y cuando llegó a una esquina torció a la izquierda, y a partir de allí continuó el camino arrimado a la pared, hasta que acabó y desembocó en un puente de madera ligero y delicado que parecía flotar precisamente por su ligereza y delicadeza, un puente hecho de madera de ciprés y provisto de una cubierta de corteza también de ciprés, entre cuyas columnas perfectamente pulidas había unos bancos reblandecidos y curtidos por la lluvia que se mecían suavemente como si respondieran a los pasos, y abajo, a los dos lados: la profundidad, toda verde. La vegetación había cubierto densamente el pequeño valle, y los árboles de espeso follaje –arces y robles jóvenes–, y los densos arbustos silvestres, abundaban tanto en las pendientes como más adelante, allá adonde apuntaba el puente: verde exuberante, verde por doquier".
El Premio Nobel de Literatura 2025 fue para el autor húngaro László Krasznahorkai
El Premio Nobel de Literatura 2025 fue para el autor húngaro László Krasznahorkai. El jurado lo destacó “por su obra cautivadora y visionaria que, en medio del terror apocalíptico, reafirma el poder del arte”.
Krasznahorkai es uno de los escritores húngaros más leídos y traducidos, un autor de culto internacional con una obra marcada por una realidad narrada con melancolía y humor.
Nacido en Gyula, en el sur de Hungría, el 5 de enero de 1954, Krasznahorkai creció en un dictadura comunista en el que los ideales teóricos quedaban muy por debajo de la gris realidad. Esta pequeña ciudad cercana a la frontera con Rumania aparece en muchas de sus novelas.
Estudió Derecho en las Universidades de Szeged y de Budapest entre 1973 y 1978, pero decidió abandonar esos estudios. Trabajó después en distintos empleos. Fue minero y vigilante de seguridad, y comenzó a desarrollar su gusto por la escritura.
En 1977 inició sus estudios de Andragogía (enseñanza de adultos) y Filología Húngara en la Universidad de Budapest, y comenzó a publicar en diferentes revistas literarias.
Su primera novela, Tango Satánico, se publicó en 1985 y fue bien recibida por la crítica.
Ya en sus primeras obras utilizaba largas frases subordinadas que parecen amasar el lenguaje con la intención de capturar las emociones y el pensamiento en toda su profundidad. Las frases cortas, asegura, son artificiales porque la mente humana es un torrente de palabras.
En la segunda mitad de la década de 1980 el escritor pudo salir de Hungría y en los siguientes 15 años viajó y residió en países como Alemania, Francia, España, Italia, Grecia, Países Bajos, Reino Unido, EEUU, China y Japón, volviendo siempre a Hungría.
En ese periodo publicó algunas de sus obras más importantes como La melancolía de la resistencia (1989) o Guerra y Guerra (1999), que obtuvieron éxito en el extranjero y fueron traducidas a más de 10 idiomas.
También en los 80 comenzó su colaboración con el director de cine Béla Tarr, que llevó a la pantalla grande obras como Tango Satánico (Satatango), o Armonías de Werckmeister, cuyo guión fue escrito por Krasznahorkai a partir de su novela Melancolía de la resistencia.
El escritor, quien se inspiró en la cultura asiática y principalmente japonesa, desarrolla en sus obras temas apocalípticos y distópicos con un estilo denso y melancólico, pero con humor y frecuentemente sin el uso de puntuación, lo que requiere una atención especial del lector.
Él mismo reconoció al recibir el Premio Formentor de las Letras 2024 que escribe para sí mismo y "para la pequeña lista de gente que aún lee".
Cuando le entregaron el prestigioso Premio Internacional Man Booker en 2015, el jurado aseguró que Krasznahorkai es un escritor que describe la realidad actual con unas imágenes bellas, aterradoras y cómicas a la vez.
La fallecida escritora estadounidense Susan Sontag fue una de las primeras novelistas internacionales que lo elogió afirmando que era "el maestro húngaro del apocalipsis que evoca a Gogol y Melville".
Otros literatos expresaron también su admiración hacia Krasznahorkai, que en la última década fue catalogado como escritor internacional de culto.
Obras de Krasznahorkai traducidas al español
- "Melancolía de la resistencia" (2001)
- "Al Norte la montaña, al Sur el lago, al Oeste el camino, al Este el río" (2005)
- "Guerra y Guerra" (2009)
- "El último lobo" (2009)
- "Ha llegado Isaías" (2009)
- "Y Seiobo descendió a la Tierra" (2015)
- "Tango satánico" (2017)
- "Relaciones misericordiosas" (2023)
- "El barón Wenckheim vuelve a casa" (2024)
Felices 100 años, José
"Josecito" nació en Villa Cañás, provincia de Santa Fe, el 2 de octubre de 1925. Abrazó al cine con fascinación y entusiasmo desde pequeño, como el título de una de sus biografías lo manifestaba: "Estoy hecho de cine".
“Los sábados a la tarde, nos íbamos a la entrada del pueblo para esperar a la chata que traía las copias de películas. Nosotros ayudábamos a subir las películas a la cabina. Y eran películas de gángsters, así que yo me nutrí del género negro, el que más me agrada”, confesó en una entrevista publicada por el diario Clarín el 8 de octubre de 2002.
Sus hermanas, las mellizas Chiquita y Goldie, apenas tenían ocho años y José iba a cumplir diez cuando se fueron a vivir con su madre a Rosario. Luego de la muerte de su marido, Rosa y los chicos se mudaron a Buenos Aires.
Como director realizó cinco películas, en un país que ha sido ingrato con la obra de la mayoría de sus cineastas, pero en especial de quienes pertenecieron a la llamada “Generación del '60”: El crack (1960), Dar la cara (1962), Los chantas (1975), Los muchachos de antes no usaban arsénico (1976) y Noches sin lunas ni soles (1984). Todas fueron proyectadas en un ciclo organizado en el Cineclub La Rosa. Además, realizó el episodio La Salamanca de la película Viaje de una noche de verano (1965).
Dueño de una memoria prodigiosa y un entusiasmo sin límites, lograba contagiar sus obsesiones y enseñanzas a todos los que lo rodeaban.
Además de recibir numerosas distinciones por su trayectoria, condujo durante años el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, único "categoría A" de América Latina, con plena vigencia intelectual, eficacia profesional, ética y honestidad.
A fines de 2010 fue nombrado Socio Honorario de la Biblioteca Popular Carlos Sánchez Viamonte, en una función en la que presentó su película Noches sin lunas ni soles, cerrando así la temporada 2010 del Cineclub La Rosa.
José falleció el 17 de agosto de 2019, a los 93 años.
Día de las Bibliotecas Populares
Se presentó "Atardece sobre Kiev"
Adicciones: nuevo encuentro para reflexionar
Presentación de Federico Morales Pfaffen
Día del lector
Horarios de atención al público
Centro Cultural y Biblioteca Popular
Carlos Sánchez Viamonte
Austria 2154
(1425) Ciudad de Buenos Aires
Donación de libros
Página oficial del Centro Cultural y Biblioteca Popular Carlos Sánchez Viamonte. Austria 2154/56, Buenos Aires, Argentina.
CSV Radio en vivo
Archivo
-
►
2024
(98)
- ► septiembre (8)
-
►
2023
(74)
- ► septiembre (6)
-
►
2022
(117)
- ► septiembre (10)
-
►
2021
(200)
- ► septiembre (16)
-
►
2020
(161)
- ► septiembre (14)
-
►
2019
(186)
- ► septiembre (12)
-
►
2018
(182)
- ► septiembre (16)
-
►
2017
(183)
- ► septiembre (18)
-
►
2016
(229)
- ► septiembre (28)
-
►
2015
(214)
- ► septiembre (22)
-
►
2014
(251)
- ► septiembre (24)
-
►
2013
(182)
- ► septiembre (24)
-
►
2012
(170)
- ► septiembre (13)
-
►
2011
(175)
- ► septiembre (14)
-
►
2010
(153)
- ► septiembre (11)
Buscar
Las más vistas de la semana
-
No morirá la flor de la palabra, podrá morir el rostro oculto de quien la nombra hoy, pero la palabra que vino desde fondo de la histo...
-
Hoy celebramos el “Día del Bibliotecario”, en recuerdo a la salida de la "Gazeta de Buenos Aires" del 13 de septiembre de 1810 en ...
-
Reproducimos un muy buen artículo del escritor español Arturo Pérez Reverte, a propósito de los libros digitales. Hace tiempo que me pregu...
-
Germán Cáceres, autor de numerosos libros infantiles y juveniles, ha ingresado como Miembro de Número a la Academia Argentina de Literatura ...
-
Ayer fueron descubiertas por los propios retratados las fotografías de Pablo Tesoriere que podrán verse en nuestro salón, Austria 2154, hast...
.jpeg)
.jpeg)
.jpeg)
.jpeg)
.jpeg)
.jpeg)
.jpeg)
.jpeg)
.jpeg)
.jpeg)















.jpg)
.jpg)
.jpg)
.jpg)


